Se colocó las alas.
Pintó de naranja sus pestañas.
Voló hasta el centro de su corazón, convencida de que lograría romperle el caparazón...con la boca.
Después de que el dulce se hizo amargo, se colocó las alas de nuevo, y alejándose le tatuó en el corazón agujeros de soledad.
Etiquetas: Francia, Valle del Loira
5 Comments:
Preciosa
Maravilla,
esta foto es una joya, un poema,
Gracias!
PRECIOSA
Que maravilla volver a encontrarte así...( te dije alguna vez que eres una artista??jeje)
besitos
guau. Entiendo perfectamente ése sentimiento..!
A veces confundimos piedras con caparazones y nos empeñamos en romperlas creyendo que hay algo dentro.
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