martes, septiembre 21, 2010

Noria


A veces olvidaba olvidar
y aquella mirada, de puntillas, asomaba sin llamar.
Logró confundir su voz...
con los pájaros en su cabeza,
con el ruido de las ventanas que se empeñaba en abrir,
con la lluvia,
con el mar.
Anochece,
el guardián de la noria donde habita su voz se quedó dormido,
olvidando el olvido
vuelve a girar.
Sin rostro, sin manos, sin guión...
solo eco,
solo voz.

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OJEA! nº3